Extremadamente importante, el freno de la moto es un sistema que tiene una larga vida en comparación con otros componentes. Sin embargo, para que funcione eficazmente -sobre todo en caso de frenada de emergencia- es necesario tomar algunas precauciones básicas y periódicas en materia de mantenimiento. Compruebe los principales:

Frenos de disco

Cada vez más común en las motocicletas de hoy en día - al menos en la parte delantera - el freno de disco es más eficiente que el sistema de tambor. Pero hay que tener cuidado de no dejar al motorista en la mano (o en el suelo). El cambio del líquido, independientemente del cambio de las pastillas de freno, debe hacerse una vez al año. Esto se debe a que el "aceite" de frenos es higroscópico, es decir, absorbe la humedad, lo que puede perjudicar el frenado. "Hay que cambiar todo el líquido, no sólo una parte (sangrado), cuando se sustituyen las pastillas de freno. El coste es bajo y el resultado está garantizado", explica el mecánico Alex Bongiovanni, de Officine Moto, en São Paulo. En la actualidad, se utilizan con mayor frecuencia dos tipos de fluidos: el DOT 4 y el nuevo DOT 5.1. En el caso de este último, la gran diferencia es la mayor resistencia a la temperatura, que hace que la frenada inicial sea más "dura". El DOT 5.1 se utiliza a menudo en el disco trasero de las motocicletas más pesadas -como las de tipo aduanero- o de las que son más propensas al bloqueo de las ruedas. Pero lo ideal es utilizar el líquido recomendado en el manual de la moto. Las almohadillas también deben ser revisadas periódicamente. Aunque visualmente no es posible notar el desgaste, cuando ya están al final de su vida útil, "pitan" al frenar, es decir, el hierro de la base de la pastilla entra en fricción con el disco y hace ruido. En esta situación, ya es hora de cambiarlos. Según el especialista, "es aconsejable lavar el "carro" que fija la pinza a las varillas, y luego utilizar vaselina en los ejes de deslizamiento de la pieza". Por lo general, se tarda mucho en solicitar un cambio de discos de freno, sobre todo si se sustituyen las pastillas a tiempo y se mantiene el líquido al día. El manual del propietario suele indicar el número de kilómetros que hay que sustituir el disco, y hay una marca de seguridad en su superficie (normalmente de unos 4,5 mm) que hay que respetar.

Mangueras

En cuanto a los latiguillos (o mangueras de freno), normalmente no es necesario cambiarlos, siempre que se cambie el líquido anualmente. Lo que puede ocurrir, en caso de que se circule con líquido "viejo", es la formación de un barro que obstruya el latiguillo desde el interior, haciendo que el retorno del freno a la maneta sea lento. Cuando esto ocurre, Bongiovanni explica que "la única manera es cambiar la manguera; preferiblemente de una marca de renombre. Los latiguillos muy baratos tienden a doblarse durante el frenado, lo que hace que pase poco líquido a la pinza y hace que el sistema sea ineficaz". Si necesite cambiar la manguera, una alternativa es instalar mangueras aeroquip. Envueltos en malla metálica, estos latiguillos tienen menos "deformación" cuando el líquido pasa a través de ellos, lo que permite un frenado más preciso y potente.

Frenos de tambor

Aunque están anticuados, los frenos de tambor están siendo adoptados por las fábricas en las motocicletas más pequeñas porque son más baratos y fáciles de mantener. Muchos motociclistas siguen prefiriendo el tambor en la rueda trasera porque tiene una acción menos agresiva cuando se frena con fuerza. Siempre que, por supuesto, se mantengan al día. El ajuste del tambor de freno, que sigue siendo muy popular en la rueda trasera (y en la delantera de los modelos más populares) es muy importante y bastante sencillo. Hay que apretar la varilla que acciona las zapatas interiores, pero sólo hasta el final de su recorrido. Nunca se debe ajustar el "brazo" al que está conectado al pedal, para dar más palanca. Al proceder a esta "liberación rápida" para evitar el cambio de lona (zapata), la geometría del sistema puede resultar dañada. Esta práctica es peligrosa, porque cuando se aplica el freno, éste tiende a no volver, y la rueda se queda literalmente bloqueada. La sustitución de los forros de freno (zapatas) es sencilla y accesible, y existen modelos incluso más grandes (de 0,25 mm a 1 cm) para los cubos desgastados. Una vez realizada la medición final, la solución es cambiar el buje de la rueda por uno nuevo. De este modo, el sistema de frenos de tambor seguirá siendo eficaz.